miércoles, 1 de junio de 2011

LA INMORALIDAD PROGRE



“La inmoralidad tiene muchas máscaras y la que mejor le calza es la de la moral”

Durante días hemos tenido que soportar los quejidos de la izquierda y su afán por llenar de calificativos a aquellos que proclamen el voto utilitarista por Keiko Fujimori, de hecho en un acto de pretender ser los únicos abanderados de la decencia han incluso realizado marchas contra la alternativa fujimorista.

Ante esto, procederé yo a demostrar la inconsistencia de su pensamiento –siendo lo suficientemente benevolente como para calificar a “eso” de pensamiento- y a dejar en claro porque el voto humalista-moralista es un oxímoron de tamaño colosal y lo haré revirtiendo su propio “gran” argumento.

Primero, se nos dice que al votar por Keiko Fujimori se están asumiendo como buenas las acciones aberrantes del fujimorismo. Utilizando la misma lógica de este argumento podemos llegar a la conclusión de que el simple hecho de votar es de por si inmoral, pues al yo votar estoy aceptando implícitamente que se puede obligar a otras personas a participar, por la fuerza, en un sistema con el cual pueden no estar de acuerdo y más aún estoy dando validez a un orden en el cual las mayorías pueden imponer sus pretensiones a las minorías.

Segundo, al preferir y apoyar a Ollanta Humala doy por sentado que estoy de acuerdo con su ideario político y sus repugnantes propuestas.  ¿Es coherente marcar la “O” por “pureza”, pero embarrarse al aceptar los robos a algunos peruanos que tanto defiende el Sr. Humala? ¿Es bueno que gane por mi culpa un partido que tiene los mismos principios éticos que los grandes tiranos de la historia (nacionalismo)?

Elegir entre Humala y Fujimori es, como dijo Vargas Llosa, elegir entre el cáncer y el sida, pero ante la nulidad de un voto moral queda la pregunta ¿con quién se morirán de hambre más personas? ¿Quién actuará de forma más repudiable? Si van a defender su postura tengan, aunque sea, la decencia de hacerlo utilitariamente.

Los caviares, como siempre, han pretendido darnos lecciones sobre moral cuando son los menos cualificados para hacerlos y mucho más con sus ya conocidos análisis superficiales de la realidad peruana. Votar por Ollanta Humala y llamarse a si mismo moralista es, en síntesis, la transgresión de toda moral.

Oscar Rosales.
JLP